El pasado 8 de Diciembre celebramos en Panamá, el Día de la Madre; y se celebra en esta fecha en conmemoración de la Inmaculada Concepción de María, dogma que está definido como:
"María, viviendo ya anticipadamente de los méritos de su Hijo, Redentor del mundo, fue concebida por sus padres (San Joaquín y Santa Ana) sin la más ligera mancha de pecado original, con el que todos nacemos, y que nos borra el Bautismo."
Siempre es bueno para mi, tomar este día para hacer un balance de mi rol de mamá y documentarlo en mi álbum de Diciembre, día a día. En este año, gracias a una frase que me envió mi comadre Jackie, tuve la oportunidad de pensar un poco en las oportunidades que tengo para que Paula y Gabriel sean ciudadanos de sueños, que puedan despertar a la realidad de su posibilidad de acción e influencia en el mundo.
Creo que mi experiencia de trabajar por los sueños, se forjó en casa, con el ejemplo de mi mamá, que era capaz de crear deliciosos postres cada vez que se me ocurría decirle de qué quería mi torta de cumpleaños, esa sencilla acción, me mostraba que lo que se me ocurría era posible llevarlo a la realidad con mucho color y sabor...me sorprendía esto siempre y reconocía mi propio proceso de generación de ideas. Mi papá me mostraba con su trabajo constante y diario, que el camino de los sueños, requería dedicación; y ya mas grande, en la universidad la compañía de Henry, Yván, Yonny, Edison y tantos otros amigos me demostraban la necesidad de diseñar sueños que involucren a muchas personas, como práctica y garantía de éxito en el camino; porque luego de dos emprendimientos, reconozco la necesidad de tener acompañamiento para balancear cargas, para tomar la inspiración que a veces se pierde en el camino y para disfrutar aun mas, el ver cristalizados los sueños.
Cierra el día disfrutando mi regalo en el día de la madre, un almuerzo en un maravilloso restaurant italiano en Panamá.
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